¿Alarmismo=negocio?

Entrevista a Bjorn Lomborg en 20 minutos, tras el lanzamiento de su libro, "En Frío".

Hace 10 años Bjorn Lomborg publicó 'El ecologista escéptico', un libro polémico, tachado de poco científico, que le lanzó a la fama mundial y le convirtió en la figura académica enfrentada a los ecologistas que alertaban contra el calentamiento global.
Lomborg regresa ahora con 'En frío', un libro en el que, sin negar la subida de las temperaturas, insiste en sus tesis: la necesidad de solucionar los problemas humanos antes que los ambientales y la conveniencia de invertir más en investigación.

¿Qué diferencia sus tesis de las de los ecologistas?
Para ellos la respuesta siempre es la reducción de emisiones. Yo busco otros modos de afrontarlo, como la investigación sobre el mejor aprovechamiento de las energías.

Se gasta demasiado en medidas que reportan menos beneficio que la prevención de las enfermedades.

Una de sus tesis más sorprendentes es que el calentamiento reducirá las muertes.
Si uno escucha a Al Gore, u otros, tendrá la impresión de que el incremento de las temperaturas supone un gran riesgo, cuando lo cierto es que el frío provoca muchas más muertes que el calor. Probablemente, si se dispone de las herramientas adecuadas para hacer más soportable el calor, el calentamiento global sería beneficioso en gran parte del mundo.

¿Cuál es el modelo de desarrollo que usted propone?
Yo no creo que tenga la respuesta, pero me pregunto cómo podemos gastarnos mejor nuestro dinero. Creo que se gasta demasiado en medidas que reportan menos beneficio que la prevención de las enfermedades, la lucha contra la malnutrición, etcétera.

Entonces, el debate es en términos de costes y beneficios.
Si se destina para la investigar nuevas tecnologías más eficaces un 0,05% del PIB, diez veces menos que para cumplir con Kioto, se obtendrían diez veces más resultados. Cada euro invertido en investigar el VIH produciría 4 euros de beneficio, mientras que cada euro invertido en controlar las emisiones produce 0,40 euros. Esa es la clave.

¿Por qué sus teorías gustan a los economistas y no a los científicos?
Porque todos quieren fondos para lo suyo: el médico para medicina y el profesor para educación. Los climatólogos para la cuestión ambiental. El economista mira el conjunto.

¿Cómo ve la situación futura para España?
España, junto al suroeste de EE UUy Australia, es un país de los que más puede padecer la sequía. De nuevo, no es cuestión de gastar en reducir las emisiones, sino de buscar el modo más adecuado de conservar el agua, quizá con un impuesto, invertir en investigación para encontrar nuevas técnicas y utilizar el dinero para hacer del mundo un lugar mejor.