Space Invaders


Nada sabía de estos marcianos cuando fotografiaba con curiosidad ésta fachada de Barcelona éste mismo verano, ahora resulta que son famosos.

Marcianitos de los 80 invaden rincones de 35 ciudades en todo el mundo de forma anónima

Un provocador francés lleva ocho años invadiendo anónimamente rincones de ciudades del mundo entero con mosaicos inspirados en los pixelados 'marcianitos' de la primera generación de videojuegos de los años 80. Es un proyecto bautizado 'Space Invaders'.

En lo alto de la plaza Bolívar, en el distrito 19 de París, una pareja que bebe cerveza en la terraza de un bar portugués regentado por árabes señala el cartel que indica que están en la 'Rue Clavel' y se echan a reír.

Justo encima del rótulo de letras blancas, un mosaico cuadriculado de igual tamaño muestra a un pequeño extraterrestre verde sobre fondo amarillo que vigila la calle de este barrio popular. La chica, que ronda la treintena, se acerca y captura la imagen en su teléfono móvil.

Como ella, son muchos los curiosos que fotografían estos coloridos detalles urbanos y que después cuelgan las fotos en internet.

Sólo "una pequeña parte" de las invasiones están recogidas en la web aunque "se pueden descubrir muchos más en sitios comunitarios como flickr.com", explica en una auto-entrevista en su página en internet el propio creador del proyecto, que insiste en conservar el anonimato.

En la red pueden encontrarse fotos de marcianitos bilbaínos, madrileños, barceloneses o valencianos realizados por él, aunque otros han ido más lejos y han decidido convertirse también en invasores, acto que el creador original entiende como un homenaje muy positivo.

"He pensado en la idea de poner a punto una estrategia de invasión en grupo, pero es muy difícil delegar este trabajo", señala el autor, que no anima a sus seguidores a imitarle pero que tampoco condena que otros contribuyan activamente a desarrollar su legado anónimo.

La invasión del espacio recuerda vagamente a la película francesa 'Le fabuleux destin d'Amélie Poulain' (Amélie), en la que el padre de la protagonista recibía fotografías del extraviado gnomo de su jardín con monumentos de diferentes ciudades de fondo.

"Tu gnomo desapareció", le decía Amélie a su padre en el filme de Jean-Pierre Jeunet, realizado años después de que naciese el proyecto 'Space Invaders'.

"Está en Moscú. Ninguna explicación", contestaba él, que no podía entender que un inanimado gnomo de jardín se hubiese lanzado a recorrer el mundo, en una metáfora que se servía del absurdo para simbolizar la evasión de la rutina de la que vivía preso el dueño del gnomo y del jardín.

El trabajo de este 'invasor' francés está emparentado también con el 'street-art', evolución del 'graffiti' que ha recurrido a formatos como las pegatinas, las emulsiones fotográficas, las plantillas o los mosaicos.

Muchos de ellos son una forma artística de protesta, como los mensajes de 'Banksy', probablemente el artista urbano y globalizado más célebre del mundo, que ha desplegado por paredes de distintos países dibujos que denuncian una sociedad acorazada, vigilada y militarizada que convierte a niños inocentes en las primeras víctimas de su paranoia.

Pero 'Invader' considera que el único acto político de su trabajo es adherir sus mosaicos al mobiliario urbano de las ciudades, sin permiso, y asegura que prefiere la "experimentación" a la "contestación", sin olvidar la "dimensión lúdica" de su proyecto.

En la sección de viajes de cualquier librería se pueden encontrar guías que intentan adecuarse a diferentes perfiles turísticos. Abundan ediciones que sugieren recorridos gastronómicos, visitas a museos, exteriores filmados en cine o paseos por las boutiques más exclusivas de la ciudad...

¿Y por qué no señalar en mapas los guiños artísticos con los que 'Invader' ha dejado su huella en más de 35 ciudades?

"Los planos de las ciudades son elementos importantes de mis conquistas territoriales. Por cada ciudad invadida tengo uno en el que indico la posición de cada pieza colocada", afirma en su página web este enigmático provocador urbano que tiene editados mapas de París, Los Ángeles, Manchester, Viena, Nueva York, Rotterdam o Tokio, entre otras.

Los mapas, que después distribuye en la ciudad y vende en su sitio de internet, recuerdan el curso de la hazaña, comenta el autor, quien personalmente se describe como un 'invasor' para escaparse del debate sobre si es un "artista" o un "contaminador" urbano.

También en la misma línea, ahora ha decidido incluir en su registro imágenes creadas a partir del famoso cubo de Rubick, que le permite, desde la misma estética retro, ochentera y tecnológica, añadir colores a una paleta que ya no estará monopolizada por 'marcianitos'.